Las Placas Solares

¿Cómo funcionan las placas solares?

Los paneles solares son una de las opciones más factibles para disfrutar de energía limpia y gratuita a nivel particular. Son un sistema que provee de calor y electricidad a partir de la energía solar.

Su funcionamiento es muy sencillo. Los rayos del sol impactan contra las celdas o células fotovoltaicas de los paneles y transmiten su radiación a los componentes conductores de su interior que almacenan la energía y la transforman en electricidad. Además de estos conductores, las celdas solares constan de fósforo, silicio y boro. El conjunto de todos estos elementos divide los paneles en dos partes diferentes: una con electrones negativos y otra con electrones positivos.

La electricidad se genera a medida que los fotones de las celdas solares van liberando electrones. Estos paneles solares deben estar situados de forma que puedan captar toda la radiación del sol posible, por este motivo suelen instalarse en los tejados de viviendas y edificios.

Cuando estos electrones reciben la radiación solar, los protones y los neutrones se separan y se liberan en forma de electricidad. Es precisamente en este momento, cuando las células solares convierten la radiación solar en energía o corriente continua. Y para que esta corriente continua se transforme en alterna y pueda utilizarse para alimentar los aparatos de un hogar o negocio es necesario que pase primero por el inversor de voltaje.

¿Qué es el inversor de voltaje?

La corriente continua, como su propio nombre indica, tiene un flujo regular y circula en una sola dirección. En cambio, la corriente alterna tiene una potencia y dirección que cambia constantemente con diversos intervalos de valles y picos. Generalmente, los electrodomésticos necesitan corriente alterna y un voltaje específico y bien regulado para poder funcionar.

Los inversores de voltaje cambian la dirección de la corriente continua de modo suave y constante y la convierten en corriente alterna, para que puedas aprovechar la electricidad producida por los paneles.

Las células fotovoltaicas

Son el elemento fundamental con el que cuentan los paneles para convertir la radiación solar en electricidad. Todo va en función del tamaño y el tipo del panel, pero cada célula es capaz de generar una media de 0,5 voltios y por lo general cada unidad suele contener entre 60 y 72 células fotovoltaicas. Lógicamente, a mayor número de células mayor potencia y producción. Por eso es muy importante estimar correctamente el consumo real del inmueble para realizar una instalación de acuerdo a sus necesidades.

Tipos de paneles solares

  • Policristalinos: como su propio nombre indica, están formados por células policristalinas. Se caracterizan por su color azul oscuro. Su precio es menor pero también lo es su eficacia.
  • Monocristalino: están compuestos por células monocristalinas. Su color es negro intenso y producen entre un 15% y 25% más que otros modelos. Además, su vida útil también es más larga por lo que son la opción más adecuada. Aunque, claro está, su precio también es mayor.
  • Capa fina: este modelo es diferente a los anteriores. No se trata de la unión de varias células individuales sino de una lámina cortada a medida. Su fabricación es más sencilla, lo que explica su bajo precio. Son muy flexibles y pueden adaptarse a todo tipo de superficies, por lo que cada vez se usan más en las casas.

En definitiva, el autoconsumo solar es la mejor forma de producir energía de manera eficiente y gratuita. De esta forma podrás contribuir a un mundo más sostenible y conseguir un ahorro muy considerable en tu factura de la luz. Además de poder disfrutar de todas las ventajas que supone tener una instalación fotovoltaica.