Durante el siglo XIX se descubrió el efecto fotovoltaico, un suceso que cambiaría la manera de obtener energía para siempre. Este hecho también se extendió a otros ámbitos de investigación y experimentación lo que llevó al invento de la primera placa solar tal y como la conocemos hoy en día, en el año 1883.

Fue el investigador neoyorquino Charles Fritts quien tras un tiempo experimentando acabó creando un artefacto que, al exponerse a la luz solar, tanto directa como difusa, producía una corriente continua y con una fuerza considerable.

Al margen de este uso, que es el más conocido por todos, hoy en día la energía solar tiene muchas más aplicaciones de las que podríamos imaginar.

En este nuevo artículo os comentamos algunos de ellos. ¡Comenzamos!

Los primeros usos de las placas fotovoltaicas

Es posible que ya lo sepáis, pero el debut de los paneles solares tuvo lugar dentro del ámbito espacial. Concretamente, su primer uso práctico fue con celdas fotovoltaicas en dos satélites geoestacionarios de la Unión Soviética y Estados Unidos. La mejora de la tecnología y los descubrimientos posteriores en la materia permitieron implementar cada vez más la tecnología fotovoltaica en naves y satélites espaciales.

La energía solar en nuestro día a día

La tecnología fotovoltaica no ha dejado de mejorar desde su descubrimiento durante el siglo XIX. De hecho, se ha ido implementando en muchos aspectos de nuestro día a día. Un claro ejemplo, y bastante conocido por todos, es el invento de las calculadoras solares, que funcionan al estar expuestas a la luz del sol. También existen las linternas que se recargan con la luz solar del día para su posterior uso nocturno, así como baterías portátiles que tras su exposición al sol permiten cargar móviles.

También adquiere presencia la tecnología solar por las diferentes ciudades españolas. Es muy posible que alguno de vosotros se haya fijado en que algunas farolas, radares o señales luminosas cuentan con una pequeña placa solar en su parte superior. Estos dispositivos suelen colocarse en senderos o carreteras poco iluminadas para aprovechar la luz del sol y transformarla en energía.

Y por supuesto, sobra decir que la energía fotovoltaica no tiene aplicación únicamente en las grandes urbes, sino que también podemos encontrar estos paneles en el campo o zonas agrarias. Por ejemplo, una forma de utilizar sus recursos es hacer uso de bombas de riego alimentadas con energía solar

Pensando en el futuro

Los expertos en tecnología fotovoltaica siguen investigando alrededor del mundo para conseguir implementar la energía solar de nuevas maneras en nuestra vida cotidiana, como por ejemplo a través del ocio.

Existen iniciativas internacionales que aprovechan la energía solar para ofrecer sesiones de cine. Es una idea simple per muy buena para ahorrar en luz e introducir en las personas una conciencia más responsable y sostenible a través de actividades lúdicas.

Por otro lado, aunque se encuentra aún en fase de desarrollo, se han creado varios proyectos de vehículos solares. Esto puede resultar una innovadora apuesta de futuro para combatir el uso de combustibles fósiles contaminantes para el planeta.