Son conceptos que todos conocemos, pero seguro que más de uno tiene problemas en distinguirlos. Y es lo más normal porque aun siendo palabras familiares que hemos escuchado más de una vez no todos sabemos o entendemos en qué consiste cada uno.

Por eso queremos aprovechar este artículo para explicaros con todo lujo de detalle quién es quién. El primer punto que debemos aclarar es que los tres conceptos hacen referencia a unidades de medida. Y ¿qué mide cada uno? La tensión (voltios), la intensidad (amperios) y la potencia (vatios).

A continuación, te los explicamos uno a uno.

Voltios

Los voltios se representan con la letra V y miden la tensión eléctrica o voltaje, que hace referencia a la diferencia del potencial eléctrico que hay entre dos puntos. Para poner un ejemplo gráfico, podéis imaginaros que la corriente eléctrica la forman electrones que se desplazan por un hilo conductor y que su movimiento se produce por la diferencia entre el potencial eléctrico de los dos extremos del recorrido.

Es decir, los electrones se mueven debido al voltaje: una fuerza electromagnética que provoca que se trasladen del punto A al punto B. Como si fuera un imán. Y eso produce la corriente eléctrica. Cuanta más diferencia de potencial haya entre los dos puntos, mayor será el voltaje.

Un ejemplo claro y cercano son las tomas de corriente de casa, donde conectamos los enchufes. En Europa y en la mayoría de los países se produce un voltaje que está entre 220 y 240 voltios. Como curiosidad, el voltio se llama así en referencia a Alessandro Volta, inventor de la pila voltaica en 1800

Amperios

Los amperios miden la intensidad de la corriente eléctrica y se representan con la letra A. La intensidad es la cantidad de electrones que se desplazan por el recorrido que hemos mencionado antes entre el punto A y el B. El voltaje es la tensión, la fuerza que los mueve, y los amperios son la cantidad. Cuantos más amperios, más electrones.

El amperio debe su nombre al matemático y físico francés André-Marie Ampère. Se empezó a usar como unidad de medida de la corriente eléctrica a mediados del siglo XIX, durante el desarrollo del electromagnetismo.

Vatios

Y, por último, los vatios. Se representan con la letra W y son el resultado de multiplicar los voltios por amperios, de ahí que los hayamos dejado para el final.

Los vatios miden la potencia, que es la cantidad de energía que obtenemos. Al combinar el voltaje (tensión) con la cantidad de electrones de la corriente eléctrica (intensidad) se obtiene la potencia. Cuanto más voltaje, más corriente. Y a más tensión e intensidad, más potencia.

En el caso del funcionamiento de las placas solares, es probable que hayas oído hablar de la potencia pico (Wp). Esta es la máxima potencia eléctrica que una placa puede llegar a generar en un momento dado. Aunque la instalación esté diseñada para alcanzar una potencia máxima nominal, la potencia pico puede llegar a ser más alta que la nominal.

El vatio puede usarse como unidad de medida de cualquier potencia, no solo de la eléctrica: también de la mecánica, magnética, acústica… Y como es una unidad pequeña, muchas veces veremos que la potencia se calcula en kilovatios (kW) o megavatios (MW), esto es, mil vatios o un millón de vatios, respectivamente.

El nombre le viene de la castellanización del apellido de James Watt, un ingeniero escocés del siglo XVIII que contribuyó con importantes aportaciones al desarrollo de la máquina de vapor.

Esperamos que gracias a este artículo podáis diferenciar de manera más sencilla estas unidades de medida de la corriente eléctrica.