Las instalaciones fotovoltaicas para el autoconsumo se han convertido en la alternativa perfecta para la obtención de energía limpia en hogares y negocios. Su funcionamiento es muy sencillo: los paneles recogen la radiación solar a través de las células de silicio que son las que posteriormente las convierten en electricidad. Sin embargo, ¿sabríais determinar su rendimiento y las formas para optimizarlo?

En este artículo abordamos los principales puntos en relación al funcionamiento y productividad de los paneles solares. ¡Empezamos!

En primer lugar, hay que tener presente que no todos los paneles tienen las mismas características ni prestaciones, lo cual influirá en su futuro desempeño. Los factores que pueden marcar estas diferencias son, entre otros, las condiciones climáticas, los materiales de fabricación, el mantenimiento del sistema o la orientación de la instalación.

El rendimiento de una placa solar en función de la cantidad de radiación que es capaz de convertir en electricidad. Teniendo en cuenta el factor climático, los paneles rendirán mejor en zonas ubicadas al sur donde se reciben más horas de sol al año que en el norte. Sin embargo, esto no resulta un impedimento para realizar una instalación, ya que la falta de radiación se puede suplir con un mayor número de paneles instalados.

En general, se estima que para conseguir un consumo de energía de hasta 2.000 kW/h se necesitarían de 2 a 4 paneles solares. Si se desea llegar a los 5.000 kW/h, harían falta de 5 a 7 paneles solares.

¿Cómo mejorar el rendimiento de los paneles solares? 

Existen formas de conseguir que una instalación aumente su eficiencia y productividad atendiendo a unos factores fundamentales.

• Materiales de calidad

Cuanto mayor sea la calidad de los materiales de fabricación de los paneles, mayor será su rendimiento a corto y largo plazo. Este también es un punto importante de cara al posterior mantenimiento y expectativas de vida útil de los dispositivos. De esta manera, empleando materiales superiores se reducen los riesgos de avería y deterioro.

• El clima de la zona

La temperatura es un factor bastante influyente en la efectividad de una instalación. Los paneles suelen funcionar de manera óptima en torno a los 25º centígrados. Se estima que por cada dos grados de aumento se reduce en un 1% su productividad. Por lo tanto, es preferible para su funcionamiento que la temperatura no sea superior a los 30º y se mantenga en valores más suaves.

Además, en cuanto a los días nublados, aunque su productividad no sea la misma que cuando está despejado, los paneles no dejan de generar energía aún con estas condiciones meteorológicas.

• La inclinación y orientación

Estos factores también influyen mucho en el rendimiento de una instalación. La orientación más recomendada que proporciona un mejor aprovechamiento de la luz solar es la que mira al sur. Sin embargo, hay que prestar especial atención para que no se produzcan sombras.

Si la orientación sur no es posible, la segunda posibilidad es colocarlas hacia el oeste. Aunque se producirán unas pérdidas del 20% de eficiencia con respecto al sur, su productividad seguirá siendo más rentable que con el resto de las orientaciones.

Por otra parte, la mejor inclinación para los paneles solares se halla entre los 30 y los 40 grados.

En definitiva, el funcionamiento de los paneles solares actuales es más que rentable para cualquier vivienda o negocio. No obstante, para disponer del máximo de energía posible habría que escoger unos paneles de calidad y orientarlos e inclinarlos de forma adecuada para aprovechar la instalación al completo.