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Los ingenieros del MIT desarrollan una solución revolucionaria para limpiar automáticamente los paneles sin agua

El funcionamiento eficaz de una instalación fotovoltaica requiere una limpieza periódica de los paneles. Los ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado un sistema para eliminar automáticamente el polvo y la suciedad de la superficie de la instalación que no requiere el uso de agua. ¿Cuáles son las ventajas de esta tecnología?

¿Cómo funciona la limpieza automática de paneles?

Los mayores parques fotovoltaicos se encuentran en zonas desérticas, donde los niveles de insolación son más altos. Sin embargo, en las instalaciones situadas en zonas rodeadas de arena se acumula mucho polvo. Las pruebas de laboratorio han demostrado que esto puede reducir su eficiencia hasta en un 30% después de un mes sin una limpieza adecuada. Los expertos también han calculado que incluso la menor reducción de la producción supone una enorme pérdida para las grandes instalaciones. Una reducción del 3-4% en la producción mundial de energía solar supone una pérdida de hasta 5.500 millones de dólares.

Ante este problema, los ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una forma de limpiar los paneles fotovoltaicos sin contacto y sin utilizar agua.

La tecnología utiliza la ley de Coulomb, es decir, la interacción electrostática de las cargas eléctricas. El sistema funciona automáticamente gracias a un electrodo especial que se desplaza sobre raíles fijados a los lados de la estructura. Bajo la influencia de la carga eléctrica transferida por el electrodo, las propias partículas de polvo se desprenden de la superficie de la instalación. El motor que impulsa el sistema puede obtener su energía del propio panel.

Solución Ecológica

Resulta que la huella hídrica de la energía fotovoltaica es enorme. La limpieza de los paneles solares utiliza casi 40.000 millones de litros de agua al año, lo que equivale a la demanda de hasta 2 millones de personas. Esto se está convirtiendo en un grave problema, dado que las reservas de agua limpia disminuyen cada vez más.

El agua necesaria para la limpieza de las instalaciones fotovoltaicas más grandes suele transportarse desde puntos lejanos. Además, debe estar muy limpia para no dejar sedimento en la superficie de los paneles, lo que también puede reducir la cantidad de energía generada. Resulta que el tratamiento del agua representa alrededor del 10% de los costes de funcionamiento de las instalaciones fotovoltaicas.